Si cuidas lo que comes, cuidas lo que bebes, cuidas qué pones en tu piel, cuidas de tu descanso… ¿Cómo no cuidar el agua con el que te limpias?
La dermatitis, la sequedad, la caspa, el mal olor… a veces persisten a pesar de cambiarse a productos para el aseo más naturales y menos agresivos. Y esto puede deberse al agua con que nos duchamos.
El exceso de cloro, de plomo, de cadmio y de metales pesados, así como restos de herbicidas, pesticidas y suciedades de todo tipo, son una realidad en el agua que sale por nuestros grifos.
Están ahí, invisibles, haciéndole daño a tu piel e incluso colándose en el torrente sanguíneo y depositándose dentro de ti, creando problemas de salud variados que nunca identificarías con el agua con que te duchas…
Bien, pues con un filtro como éste toda esa suciedad invisible y tóxica que el agua arrastra desaparece: lo que queda es agua de calidad, libre de excesos de cloro, impurezas y restos químicos.
Está hecho de carbón activado de coco y de algodón: nada de sulfito cálcico de ese que utilizan otros filtros de ducha. Este filtro limpia el agua de manera ecológica.
Además, lo colocas de manera sencilla en la ducha que ya tienes: nada de cambiar la instalación entera o andar llamando al fontanero para que te lo instale.
Y listo: disfrutas de duchas que te limpian de verdad. Durante más de 30.000 litros.
Más fácil y sencillo, imposible. Y más saludable, tampoco.