feliz vida navidad

 

Que sí, que el 2020 ha sido un año lleno de baches, tropezones, crisis y malas noticias.

Que la incertidumbre y las brechas que provoca la covid-19 nos afectan en muchos aspectos.

Que sí… que las medidas restrictivas nos están pasando demasiadas facturas y, además, apuntan a que esta navidad, la de 2021, será muy distinta a todo aquello a lo que estamos habituados.

Pero, queramos o no, el calendario avanza y la navidad llega.

Lo mejor será tratar de celebrar esos días adaptándonos a las normas y dibujando una forma de festejar distinta a la acostumbrada pero que respete los rituales y costumbres que tanto nos gustan y tanto cariño reparten.

Y, aunque no podamos juntarnos como quisiéramos con toda la gente que quisiéramos (a compartir mesa, turrones, risas, campanadas…) sí podemos hacer llegar nuestro cariño y mejores deseos a través de otros medios y formas.

Ya que compartimos el deseo de que el 2021 sea un año de sonrisas, alegrías y buena energía, démosle la bienvenida con todas esas características, para que se dé por aludido.

¿No te parece?

Cestas de navidad: el regalo que puede marcar la diferencia

Vino, turrón, polvorones, aceite, embutidos, un jamón… y algo de relleno de ese de plástico o de virutas de madera.

¿Te suena?

Las cestas de navidad son el detalle navideño por excelencia de las empresas a sus trabajadores.

La tradición proviene de la antigua Roma, así que no es nada nueva.

Por lo visto, en el Imperio Romano fue donde se gestó esta costumbre, que también consistía en cestas llenas de comida como un obsequio especial a los trabajadores de las clases sociales más bajas. En aquella época las cestas contenían higos, laurel y otros alimentos, y se entregaban con motivo de la fiesta pagana de Saturnalia, como ofrenda al dios Saturno.

En España la costumbre empezó a popularizarse en el s.XIX, cuando la empresa pública la convirtió en un detalle navideño para agradecer el trabajo anual de los empleados.

La idea triunfó y la empresa privada la acogió también, pasando a ser desde entonces una tradición extendida y muy apreciada.

 

Pero, como a casi todas las tradiciones, al concepto “cesta navideña” le cuesta evolucionar y salirse de la norma.

Y muchísimas de las cestas que las empresas entregan durante diciembre a sus empleados, más que un detalle aprovechable, acaban siendo una montonera de alimentos y bebidas que ni gustan a todo el mundo ni son, precisamente, saludables.

Así que este post tiene varias pretensiones:

  • Romper una lanza a favor de una tradición tan antigua y con un fondo tan bello: regalar alimentos para ser compartidos y disfrutados es, sin duda, un regalazo estupendo.
  • Des-encorsetar el concepto de cesta navideña: ampliándolo a horizontes más allá de los de la alimentación y más saludables que los de los productos típicos.
  • Animar a que esa costumbre tan ligada a las empresas para con sus empleados se extienda a otras relaciones personales. Regalar una cesta puede ser un detalle perfecto aunque no tengas ninguna empresa y aunque el destinatario de tal regalo sea tu prima, tu abuelo, tu suegra o ese amigo del alma que siempre está para ayudarte. Triunfarás.
  • Animarte a regalar estas navidades, porque (este año más que nunca) es necesario repartir amor, detalles y sonrisas; pero animarte a que lo hagas con consciencia, ecología, sostenibilidad y cabeza, para que esos regalos se conviertan en perfectos.

Cestas de navidad: rellénalas de sabiduría eco-lógica

El amado jamón suele ser el producto estrella de las cestas navideñas, pero el turrón, el cava, el dulce de membrillo, el aceite de oliva, los patés y las conservas también suelen ser elementos comunes de este detalle.

La mayoría de empresas se gastan una parte importante de su presupuesto en el detalle de las cestas, en las que parece imperar la norma de que cuantas más cosas contengan y más abulten, más buenas son y más apreciadas serán.

Pero la verdad es otra: muchos de los artículos que componen estas cestas navideñas no son de nuestro gusto, o abundan tanto en la época que acaban dejando de ser especiales, apartados en un cajón, olvidados y desperdiciados.

Además, el ajuste en los precios y la falsa creencia de que cuantas más cosas mejor, hacen que los productos que las cestas contienen sean de dudosa calidad y de dudosa conveniencia para nuestra salud y nuestra alimentación (que ya tienden a los excesos cuando de navidad se habla).

Azúcares, grasa, alimentos procesados, alcohol, aceites de oliva de calidad mediocre pero con etiquetas bonitas, polvorones a puñados, turrones de sabor dudoso…

Cambiemos un poco el chip y regalemos alimentación saludable, cargada de propiedades y de beneficios: aceites de oliva ecológicos y de primera presión en frío, dulces hechos con ingredientes ecológicos y exquisitamente sabrosos sin excesos de azúcares, quesos con denominación de origen, fruta ecológica, conservas de calidad con ingredientes de primera…

Estos productos harán la cesta navideña mucho más valiosa. La convertirán en un detalle realmente especial.

Una cesta cargada de productos ecológicos y que atienda a las necesidades y gustos de la persona a la que va dirigida implicará un presupuesto idéntico y, sí, muchos menos productos: pero serán productos de diez, aprovechables y saludables. Lo que vienen siendo productos gourmet.

Y será un regalo también para los productores de esos productos maravilla, que son gente que se pasa todo el año currando teniendo en cuenta la salud del medio ambiente y de los consumidores.

Apoyar a los productores ecológicos es una forma más de cambiar la forma de funcionar del mundo en el que vivimos.

cestas de navidad conscientes rellenas de alimentación ecológica

Mira, por ejemplo, esta cesta de navidad hecha aquí, en yebio, está cargada de productos ecológicos de la máxima calidad. Salud pura

Cestas de navidad: quitémosles el corsé para hacerlas más perfectas

Durante 5 años, la que aquí escribe recibió cesta navideña por parte de la empresa editora del periódico en el que trabajaba. Todos los años el detalle era el mismo: una caja rellena de dulces de todo tipo.

Por supuesto, lo agradecía con sinceridad, a pesar de que ese tipo de dulces no son muy de mi agrado. Para no desperdiciarlos, cada año regalé mi cesta navideña a alguna persona cercana (vecinos, familiares…).

Claro, nunca se me ocurrió decir que a mí el turrón y los polvorones no me apasionan, que procuro no tomar azúcares procesados, y que me haría infinita ilusión más una cesta que contuviera una agenda, un libro, una libreta bonita, un vale para una cena especial o un queso de los Picos de Europa.

Este es un ejemplo muy personal que sin embargo ilustra el sentir de muchos (muchísimos) de los que reciben cestas estos días.

¿Con qué necesidad?

Quitémosles el corsé a las cestas navideñas y démonos cuenta de que un detalle, para ser especial, ha de ser meditado antes de entregarse.

Salgamos de la idea de que las cestas navideñas solo pueden rellenarse de jamón, dulces y demás productos característicos y ampliemos las miras: en una cesta navideña puede caber de todo.

Por ejemplo: una cesta rellena de inciensos naturales sin tóxicos, un difusor de aromas y una selección de aceites esenciales.

O una con una lámpara de sal y una vela de coco…

Ejemplos así serían detalles, para proporcionar paz, buena energía, emociones equilibradas… un regalo personal, que habla bien de la persona que lo entrega, que expresa su aprecio, su amor y su agradecimiento…

Otro ejemplo:

¿Qué tal una cesta de navidad con cosmética sólida, una jabonera artesana preciosa, un cepillo corporal y unas toallitas desmaquillantes reutilizables de algodón orgánico?

Mira, como esta:

cestas de navidad conscientes rellenas de higiene eco

O, más ideas,

¿Qué te parecería una cesta que te obsequiara con productos para llevar una vida más zero waste? Con bolsas para granel, una botella reutilizable preciosa hecha de materiales bonitos, un desodorante en tarro de vidrio, cuenco y cubiertos de coco…

O una cesta temática de productos locales: miel, quesos, vino, conservas, repostería…

Cestas veganas.

Cestas de productos sin gluten.

Cestas rellenas de vales regalo.

Cestas que regalen experiencias.

Cestas que contengan libros…

La paleta de opciones es enorme.

Y la evidencia también:

Las cestas de navidad deben continuar presentes pero volviéndose más polivalentes, originales, personalizables y eco-lógicas.

Que no todo tiene que ser turrón ni todos los turrones son deliciosos.

A cada quién, una cesta navideña adaptada a sus gustos y necesidades.

Sin cambiar el presupuesto y sin adornos. Sin corsés ni productos sin afinidad con el receptor del regalo.

Pensando con cabeza qué metemos en ellas y, también, a quién apoyamos consumiéndolo: que elaborar una cesta puede ser una forma perfecta de apoyar a esos pequeños comercios, productores, artesanos…que tanto nos necesitan y que tanto necesitamos.

Imagen de www.vamosahaceralgoporlatierra.com

Cestas de navidad: un regalo perfecto aunque no seas una empresa

Es muy típico en estas fechas: sabemos que Fulanito nos va a hacer un regalo y nos toca pensar qué regalarle pero no se nos ocurre nada.

O queremos obsequiar a alguien especial con un regalo bonito pero no sabemos qué escoger, o aquello que tenemos en mente se pasa de presupuesto, o queremos ser originales y acabamos regalando extrañezas…

El primer día de apertura de comercios después de la noche de reyes suele ser un día de largas colas para cambiar regalos.

Jerséis de estampados imposibles o de talla equivocada; libros que ya nos hemos leído; perfumes que no nos gustan…

Al final estamos regalando el fastidio de hacer la cola para cambiar el regalo, la incomodidad que provoca decir al obsequiante que hemos hecho un cambio, o un objeto/producto que no se cambiará pero tampoco se usará…

Repetimos: ¿Con qué necesidad?

Si pensar en un regalo para esa persona especial nos cuesta, analicemos sus preferencias y convirtamos el regalo en una cesta cargada de varios regalitos que conforme una sonrisa en quién reciba el regalo.

Mientras mi sobrina fue pequeña, para su cumpleaños preparaba una búsqueda del tesoro con mapas y pistas que conducían a una caja llena de cosas sencillas, pero que yo sabía que le encantaban: brillo de labios, canicas, un dibujo de una libélula, un libro de cuentos, pegatinas de estrellas, un caleidoscopio, un llavero con forma de unicornio, un parchís plegable…

Durante toda su infancia mi regalo siempre fue así y, aunque hubiera bicicletas, relojes, muñecas…por otros lados, ella siempre esperaba el momento de la cesta con ilusión y alegría y, al final, ese conjunto de regalos pequeñitos era siempre el regalo estrella.

Pues desde aquí reivindicamos que las cestas llenas de detalles pequeños se conviertan en el regalo estrella para todos. Porque no sólo los niños y los empleados de las empresas gustan de recibir paquetes con relleno variado.

¿Por qué volver a regalarle a tu abuelo o a tu padre un frasco de perfume si puedes regalarle una cesta con diferentes productos para el aseo?

¿Por qué repetir el recurso de la bufanda con tu mejor amiga si puedes diseñar una cesta perfecta a su medida y sorprenderla?

Añádele una nota cariñosa. Apunta con buena letra los usos y beneficios de los productos que escojas. Enmarca una foto vuestra para que sea lo primero que vea al abrir el regalo. Cuéntale tus razones para ese regalo popurrí… y haz de una cesta un detalle personal diseñado para agradar a quién lo recibe.

Diseñado para decirle, con sus productos favoritos, cuánto te importa.

Cestas de navidad conscientes: La evolución de las cestas navideñas

Reivindicamos las cestas navideñas conscientes.

¿Te parece un nombre apropiado?

Su definición corta sería: «cestas navideñas evolucionadas»

Cestas de navidad rellenas de productos ecológicos, para disfrutar comiendo y saboreando sin consecuencias para el planeta; cestas que se salen de la norma y se rellenan con productos enfocados en salud, cosmética, higiene personal, alimentación, autocuidado…

El concepto de cestas navideñas conscientes abarcaría también a esas cestas rellenas de artesanía, de productos locales, rellenas de objetos salidos de comercios, empresas y proyectos pequeños…

Por aquí por Yebio ya tenemos en marcha muchos ejemplos de cestas conscientes que han inspirado este post y estamos deseosos de preparar muchas más.
Si te apetece unirte a nuestro movimiento a favor de regalar cestas de navidad conscientes, ponte en contacto con nosotros por el medio que prefieras y estaremos encantados de ayudarte a diseñar tu cesta perfecta.
Sí, esa con la que vas a triunfar, con la que harás ese regalo inolvidable y maravilloso que merece este año tan oscuro.
Nos adaptamos a todo tipo de presupuestos , gustos y necesidades.
Elaboramos maravillas para enamorar con productos de máxima calidad, ecológicos, sostenibles y saludables.

Cómo empezó Yebio

Regala con consciencia (cestas navideñas o lo que quieras) como forma de apoyo al pequeño comercio

Por último, a todas las ideas y a nuestra reivindicación a favor de las cestas navideñas conscientes, queremos añadir un apunte más:

Lo importantísimo que es que estas navidades, cuando regales, cuando consumas, apoyes al pequeño comercio.

Es verdad: comprando a gigantes del tipo Amazon quizás se gaste un poquitín menos.

Pero solo un poquitín.

Y, sin embargo, ese poco de ahorro significa una muerte lenta y triste para los comercios pequeños, para las empresas locales, para todos esos proyectos que generan economías pequeñas y justas y que los hábitos de consumo imperantes están aniquilando.

Nos quieren inmersos en un capitalismo que interesa solo a unos pocos y que a la mayoría no nos va a dar de ganar. Sin embargo, hay miles de alternativas pequeñas luchando para combatir a esos gigantes, peleando cada día para no desaparecer.

Búscalas y apóyalas, por favor. Y estas navidades más que nunca.

Si el pequeño comercio desaparece, desaparecen los barrios, los pueblos, los recursos, la autosuficiencia, los proyectos en las zonas rurales, la economía circular…

Y fíjate: en las distintas comunidades las medidas son distintas pero siempre afectan más a los pequeños. Aquí en Asturias, a falta de un mes para las navidades, los comercios pequeños llevan más de 2 semanas con las puertas cerradas, sin poder abrir, con ayudas inexistentes o muy escasas, sin ingresar ni un euro… mientras que en grandes superficies que podrían trabajar por venta online sin problemas no hay límites de aforo y se pueden adquirir productos de todo tipo durante todo el día hasta el cierre.

Todos somos esenciales.

Y los pequeños más que ningunos.

4 razones para apoyar al pequeño comercio y a los proyectos conscientes

1.Comprando local apoyas la creación de empleo a tu alrededor.

2.Cuando consumes productos de cercanía disminuyes transporte y, por tanto, ayudas también a disminuir la huella medio ambiental.

3.Si compras a pequeñas empresas fomentas la diversidad empresarial y una economía más justa.

4.Las grandes multinacionales producen en países con mano de obra barata, saltándose los derechos humanos y las leyes medioambientales.

Así que (evitando alargar las disertaciones sobre consumo y decisiones políticas) POR FAVOR esta navidad regala mucho, regala económico, regala apoyando a comercios y empresas locales y/o pequeños…regala con consciencia como una forma de colaborar a que no desaparezca el pequeño comercio y como una forma de protesta contra el consumismo voraz que tanto contamina y tanta pobreza genera.

Del covid saldremos. Las navidades las celebraremos.

El mundo que venga después depende de las lecciones y las elecciones que extraigamos y hagamos en este momento.

cestas de navidad conscientes para una feliz navidad consciente