10 hábitos saludables y sencillos para sentirse bien cada día
(o como ayudar a tu cuerpo a funcionar mejor)
¿Hábitos saludables?
Sí, ojalá fuera tan fácil hacerlo como decirlo. Pero, ¿sabes qué? Es un problema de enfoque: existen hábitos saludables muy sencillos de poner en marcha y que pueden significar una enorme diferencia en el día.
Todo es cuestión de perspectiva y planteamiento.
De hecho, los hábitos saludables suelen ser un propósito muy de principios de año.
Y sí, estamos escribiendo este post a 2 días de que concluya la Navidad 2020.
Y aunque en un principio confeccionamos este articulo como una lista de hábitos saludables con vistas a enseñarte tips detox para liberarte de los excesos navideños, hemos pensado que estos 10 consejos sanos que hemos apuntado son buenas rutinas para todo el año y no sólo para épocas post navideñas.
Así que, estemos saliendo de navidad o no, aquí te dejamos unos cuantos hábitos saludables para llevar una vida más ligera y más sana.
Para que escojas uno, o todos ellos, y disfrutes de la energía y de los beneficios que proporcionan estas pequeñas y sencillas rutinas.
1.Al despertarte, un buen raspado lingual
Un hábito muy saludable y muy sencillo (no te llevará más de 2 minutos). Y cargado de beneficios.
Parece mentira que una técnica tan simple pueda reportar tantas cosas buenas, pero así es: raspar la lengua cada mañana en ayunas es una rutina perfecta no sólo para gozar de una limpieza bucal completa libre de caries, placa o mal aliento, sino también para reforzar tu sistema inmune o saborear mejor los alimentos.
El raspado lingual es un hábito saludable que procede del Ayurveda y que consiste en limpiar con un raspador toda la capa blanquecina que se deposita sobre la superficie superior de la lengua y que por las mañanas, debido a las digestiones nocturnas, está cargada de bacterias y otras basuras que conviene eliminar.
Empezar el día con un raspado lingual es una buena forma de añadir salud al día completo.
Y si quieres saber más sobre sus beneficios y forma de hacerse, en este otro post de nuestro blog recogemos su liturgia y propiedades.
2. Antes de desayunar, agua con limón
¿No buscabas hábitos saludables y sencillos?
Pues más sencillo imposible:
Agua templada y el zumo de medio limón antes del desayuno.
Y si le añades un trocito de jengibre al agua y lo dejas hervir 10 minutos , reposar ligeramente y luego añades limón, redondo.
El limón es una fruta con múltiples propiedades para tu organismo, porque es antiséptico, desinfectante, tonificante del organismo, desintoxicante, equilibrador del PH… Tiene el poder de alcanizar y, además, aportar vitamina C, que contribuye a que el sistema inmunológico esté mucho más fuerte.
Por su parte, del jengibre se dice que es el ibuprofeno natural más efectivo. Pero es que, además, tiene todas las propiedades mencionadas del limón y añadirlo a esa infusión limonera mañanera será como tomar medicina preventiva natural para dolores e incomodidades de todo tipo.
3. Levántate con tiempo para desayunar de forma saludable y contundente.
Este es, desde luego, un hábito saludable muy placentero
Aunque requiera levantarse quince minutos o media hora antes: merece la pena.
El desayuno es la comida más importante del día. Y esto significa que no vale tomarse un café rápido, ni tampoco vale llenarse a base de productos procesados tipo galletas o pastelitos.
Concédete tiempo para desayunar unas tostadas de pan integral con aguacate. O con una mermelada casera de higos o de kiwis. O un buen humus.
Procura que a tu desayuno no le falten frutos secos, que te proporcionarán grasas saludables y Omega 3 y 6.
Incluye también frutas de temporada en tu desayuno.
O un batido que lleve tus frutas favoritas y alguna verdura de hoja verde en sus ingredientes.
Zumo de naranja.
Café con leche vegetal.
Chocolate negro…
Y, muy importante, acuérdate de masticar. Hazlo con conciencia.
Puede parecer un absurdo, pero la digestión comienza en la boca: masticar bien los alimentos te ayudará a sentirte menos hinchada y a asegurarte unas digestiones mejores.
Un desayuno contundente y saludable, cargado de grasas y proteínas de calidad, te saciará, te nutrirá y te hará llegar a la hora de la comida principal con energía y sin picotear “marranadas” rápidas entre horas.
4. En las comidas principales abusa de las verduras, del arroz, la pasta y el pan integrales, de las legumbres y de la fruta.
El hábito saludable de comer saludable es un gran hábito.
Unas buenas verduras de temporada asadas o cocidas al vapor, acompañadas de pasta o de arroz, o de unas lentejas salteadas.
Una crema de calabaza con frutos secos y quinoa…
Una ensalada templada, con setas y tomate, y berenjenas, y rúcula…
Un guiso de patata, con zanahoria, puerro, cebolla y pimentón como única base, y cocido a fuego lento con unos garbanzos…
¿No te parecen buenos platos principales?
A la hora de los postres: fruta, fruta y fruta. O yogures y quesos vegetales: los buenos postres no tienen por qué estar cargados de azucares dañinos ni de harinas o nata. Los plátanos, los dátiles, los arándanos, la granada, las uvas… son postres maravilla para comer hasta hartarse.
Además, procurarse una buena cantidad de verduras de hoja verde cada día será una decisión sabia, porque te estarás procurando unos niveles óptimos de vitaminas B y C y otros nutrientes: espinaca, apio, brécol, col, acelgas, hoja de remolacha, berro… la paleta de opciones es amplísima y sabrosísima para disfrutar comiendo sin excesos y con salud.
Y si necesitas inspiración para platos y postres a base de frutas y verdura de temporada, puedes cargarte de inspiración en lugares como Being Beautiful, donde hay una sección de recetas con dos subsecciones con recetas para comidas y cenas originales y muy saludables.
5. Cambia el café por manzanilla o por té verde.
Transforma el hábito de tomar mil cafés en un hábito saludable.
¿Cómo? Cambiando el café por infusiones saludables.
Y sí, lo sabemos. El hábito del café está muy extendido. Y, además, dejar el café es difícil.
Pero mira: no hace falta dejarlo. Sólo controlarlo. Y aprender a sustituirlo.
Si eres de esa gente que necesita buenas dosis de cafeína, reduce el café a un par por las mañanas (como mucho) y trata de abrazar otros estimulantes más saludables.
El café es el rey de las bebidas estimulantes en Europa pero, a pesar de su extendida popularidad, sus ventajas son sustituibles y sus efectos pueden ser muy dañinos: acidez, problemas en los riñones, síndrome de colon irritable, migrañas, aumento de la tensión arterial, ansiedad, dependencia…
El té verde o la manzanilla son infusiones estupendas para la tarde o para después de las comidas.
O el té matcha, una maravilla que también puede ser la alternativa perfecta al café, ya que proporciona energía pero también ayuda a descansar, es digestivo y está cargado de propiedades beneficiosas para tu organismo.
6. Cambia el azúcar blanco refinado por alternativas más saludables.
Habitúate saludablemente a rechazar el azúcar
El azúcar provoca adicción, diabetes, enfermedades de hígado y de corazón, problemas cutáneos, obesidad y hasta se relaciona su consumo con el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Y todo esto para endulzar, que está muy bien pero que se puede hacer con alternativas mucho más saludables e incluso con beneficios extra para la salud.
Y no estamos hablando de la típica sacarina.
Stevia, Azúcar de Abedul, Miel, Sirope de Ágave, de dátiles, de arce, de arroz… son alternativas para endulzar mucho más saludables que el azúcar blanco, el integral o que incluso la panela.
Además, ten en cuenta que la mayoría de bebidas en lata de grandes y conocidas marcas, la bollería industrial e incluso muchos de los alimentos “salados” precocinados contienen enormes cantidades de azúcares dañinos.
Por mucho que Celia Cruz dijera, lo sentimos: el azúcar no es alegría. Porque la alegría conviene ingerirla en grandes dosis cada día y el azúcar conviene tenerlo lejos.
Así que, endulza tu vida con salud y huye del azúcar todo cuanto puedas: te sentirás mejor y ni siquiera la gran Celia Cruz podría enfadarse.
7. Bebe mucha agua.
El hábito de beber agua es saludable y necesario
Llévate tu propia botella reutilizable a todos lados y procúrate una hidratación óptima.
El agua es vida y te ayudará a desintoxicar el organismo.
Litro y medio al día es la cantidad óptima.
Y si, además, procuras que el agua que ingieres sea agua de calidad, mucho mejor.
Y conseguir agua de calidad no significa comprar agua embotellada: el agua filtrada es LA OPCIÓN. Económica y tan fácil como abrir el grifo.
Échale un ojo a este post de nuestro blog para saber todos los beneficios (para tu salud y para el medio ambiente) que aporta filtrar el agua que bebes.
8. Muévete
El sedentarismo no tiene nada de hábito saludable.
Muévete:
Aunque haya frío. Aunque te de pereza. Aunque la clase de zumba se haya suspendido por la pandemia. Aunque tu día te provoque ganas de meterte bajo el edredón y ya.
No sucumbas al espíritu de la quietud.
Y no hace falta ser un deportista profesional ni especializarse en ninguna disciplina.
Sal a pasear a buen ritmo al menos una hora al día…o pon la música alta y baila como si fuera tu último día en la tierra… o conéctate a Youtube y busca una buena clase de yoga o de pilates que te motive… o descarga una aplicación en la que pautes una rutina de ejercicios…
La vida sedentaria no sólo perjudica al aspecto físico: también perjudica a tu mente, a tus órganos, a tu energía, a tu sueño e incluso al humor que tienes por las mañanas.
Un poco de movimiento cada día es clave para encontrarse mejor en todos los sentidos.
9. Respira
Pero respira con conciencia: sólo así se convertirá en hábito saludable
Y esto significa que te pares, te sientes y seas consciente de la respiración.
Y de nada más.
Durante un mínimo de 15 minutos al día. Concédete el don del silencio, del estar contigo, del mirar hacia dentro, del profundizar…
Siéntate en silencio en un lugar tranquilo y durante un momento tranquilo y permítele a tu cabeza centrarse, únicamente, en el ritmo del respirar.
Inspira….
…
Expira
Cuando respiras profundamente y con conciencia, por la nariz y despacio, sintiendo el aire que entra y sale, no sólo te relajas y disminuyes la ansiedad sino que este hábito puede ayudar a mejorar la digestión, a estimular el sistema linfático, a eliminar toxinas, a disminuir dolores como los menstruales, a cuidar el corazón…
Respirar, sí, has llegado hasta aquí respirando cada día. Pero sentarte a respirar, despacio, con la espalda recta, en una postura cómoda, relajada… ¿Cuántas veces a la semana te paras a hacerlo?
Pues recuerda esto: cuantas más, mejor.
Busca tu momento para respirar con conciencia, dejando la mente en blanco y concentrándote sólo en el gesto de la respiración. Es un hábito muy saludable que engancha y te ayuda (mucho) a crecer emocionalmente y a sentirte bien.
10. Descansa todo lo que puedas todo lo bien que puedas.
Asegurarse un buen descanso es un hábito necesario y muy saludable que muy pocos tienen en cuenta
Vas a tener en cuenta tus biorritmos y poner una hora límite para acostarte.
Y no: estar horas en el sofá abrazado al mando no cuenta como descanso.
Apaga la tele y todas las luces directas.
Apaga el teléfono, o déjalo en modo avión (el despertador funciona igual).
Desconecta Alexa y spotify.
Apaga el router.
Reserva las horas del sueño para que tu cuerpo se relaje y para nada más.
Si te cuesta dormir prueba a hacer la rutina de respiración y meditación justo antes de acostarte.
Enciende una vela con olor a lavanda.
Aprovecha para leer.
Utiliza la aromaterapia…
Se trata de crear el espacio idóneo para que tu cuerpo y tu mente enciendan también el modo avión y descansen recargándose.
El descanso es la mejor, la más barata y una de las más placenteras medicinas para atraer buena energía.
CONCLUSIONES:
Tal vez todos estos hábitos saludables te resulten muy obvios.
Algunos te parecerán difíciles de poner en marcha por las rutinas del trabajo, o por la vida familiar, o por las prisas que siempre te aprietan… o por mil razones más.
Pero por muy obvias, complicadas de implementar o surrealistas que te puedan parecer, la verdad es que tenerlas en cuenta representa un enorme chute de energía para el cuerpo.
Son medicinas sencillísimas y baratísimas que sólo requieren invertir una pequeña dosis de fuerza de voluntad.
Y aunque ahora te parezca que adelantar el despertador por las mañanas (con lo calentita que se está en la cama) para tomar agua con limón o desayunar como una reina, o retarte a moverte durante 1 hora al día, o acordarte de pedir té en lugar de café (o tila, o manzanilla, o hierbaluisa…) son imposibles que no cumplirás por muy fáciles que te los pintemos en la teoría, lo cierto es que son posibles muy afortunados que, a los pocos días, ya no te costará cumplir y que ayudarán a tu cuerpo, tu mente y tus emociones a funcionar como relojes suizos.
Y, oye, siempre puedes escoger uno, o un par, e ir probando a ver qué tal.
Como dicen las abuelas: el No ya lo tienes, ¿verdad?
¿Por qué no probar a incluir algunos de estos hábitos saludables a tus rutinas diarias y ver qué pasa?