¿Te has parado a pensar que la salud del planeta y tu salud presente y futura están siendo (más) maltratadas ahora de lo que estaban en febrero de 2020?
El covid19 ha traído miedo, incertidumbre, tristeza, confinamiento… y normas inquebrantables para protegernos de él, entre ellas un uso indiscriminado de mascarillas desechables y un uso extendido de geles hidroalcohólicos en absolutamente todos los lugares.
Y esto son cosas muy peligrosas: las mascarillas desechables contaminan, el gel desinfectante puede ser tóxico y el aislamiento social lleva a tristeza.
¿Y si lo miramos desde otro punto de vista?
¿Y si buscamos soluciones y hábitos sensatos que nos ayuden a salvarnos (un poco) de esta locura?
Hay muchas cosas que, por desgracia, no podemos cambiar desde la acción individual y que dependen de autoridades sanitarias y políticas. Pero hay otras muchas que sí está en nuestra mano cambiar.
Para empezar, podemos cambiar cosas pequeñas relativas a las normas más básicas, de manera que ahorremos y ganemos en salud, mental y física, a la par que medioambiental.
Así que en este artículo vamos a darte alternativas para que la normativa esencial relativa a la covid19 te pase un poco menos de factura.
¿Te interesa?
Mascarillas, limpieza de manos y distancia social
Estos son los tres mandamientos básicos para protegerse de la covid19 y la mayoría de los humanos los hemos acatado como mantras sagrados.
Los hemos implementado hasta el punto de que, sin que haya pasado un año, ya nos rechina ver en una película a cientos de personas apelotonadas y sin mascarillas. O ya miramos con nostalgia, y hasta con cierto recelo, los videoclips de conciertos, llenos de gente alzando los brazos y cantando sin mascarilla ni distancia social.
¿No te pasa a ti?
Pues, hasta que puedan volver los conciertos y los abrazos (que volverán) estas tres normas seguirán muy presentes.
Y sí, protegerse y seguir las normas básicas de seguridad contra el virus que nos azota es necesario. Pero también es cierto que podemos protegernos de manera sostenible, segura y saludable, sin dañar al planeta y sin dañar nuestro organismo.
Mascarillas, ¿reutilizables o desechables?
Cada mes, cerca de 130.000 millones de mascarillas acaban desechadas y se convierten en plásticos añadidos al planeta.
Ojo al dato: 130.000 millones. En 30 días.
A finales del pasado mes de Julio de 2020, tan solo 5 meses después de comenzar esta pesadilla que llaman covid-19, sólo en España se habían adquirido 659 millones de mascarillas.
Qué locura.
Esta cantidad implica más 1.300 toneladas de plásticos.
Plásticos que acabarán en vertederos, o quemados. O que son arrojados directamente en playas, bosques, ríos, calles, descampados…por humanos sin conciencia ni vergüenza.
Tales datos los proporcionó Greenpeace en pleno verano, advirtiendo del gravísimo problema de contaminación que estas cifras suponen y de la necesidad de usar mascarillas reutilizables, que se puedan lavar y desinfectar en casa.
A nosotros nos parece que las cifras hablan por sí solas.
Y precisamente, ahí vamos: existen las mascarillas reutilizables y lavables. Usarlas es seguro contra el virus y, además, necesario.
Deberían de colocar carteles enormes donde se aconsejara su uso y las ventajas que conllevan.
Imagínatelo:
PARA PROTEGER SU SALUD Y LA DEL PLANETA USE MASCARILLAS REUTILIZABLES: ES UNA OPCIÓN NECESARIA E INTELIGENTE QUE PUEDE AYUDAR A SALVAR EL FUTURO.
El suyo, el de sus hijos y el de la Tierra.
No lo harán pero, desde luego, son necesarias. Porque no sabemos cuánto va a durar todo esto del Covid19 pero sí sabemos las consecuencias medioambientales y para la salud que puede acarrear toda esta milonga si seguimos actuando pensando sólo en el hoy.
Multiplica esos 130.000 millones de mascarillas desechables de un solo mes por 4 o por cinco…por diez…por veinte…
Cuando tengas una cifra añádele estos otros dos datos:
- una sola de estas mascarillas quirúrgicas puede tardar en descomponerse 300 años o más.
- se recomienda usarlas, como máximo, durante cuatro horas.
¿Te salen las cuentas?
Efectivamente: imaginar el resultado asusta.
Y es por ello por lo que las mascarillas reutilizables son necesarias. Si no, cuando está crisis del virus acabe, no habrá un planeta seguro del que disfrutar.
Si no, tristemente, no habrá una vuelta atrás.
¿Cómo saber que una mascarilla reutilizable protege eficazmente?
Es tan fácil como buscar una mascarilla higiénica reutilizable homologada según la norma UNE 0065:2020 o CWA 17553:2020.
Además, quizás te interese saber que el ministerio de sanidad, en su página web, ha creado un bloque informativo y normativo acerca del uso de las mascarillas.
Allí, entre muchas páginas, indican que hay 3 tipos de mascarillas:
- Las denominadas EPI, recomendadas para personal sanitario y personas que estén en contacto con el virus.
- Las mascarillas quirúrgicas, recomendadas para personas enfermas, sintomáticas y asintomáticas positivas.
- Las mascarillas higiénicas, recomendadas para personas sanas.
Las mascarillas quirúrgicas y EPI, esas que desaparecieron cuando la locura y el miedo comenzaron, requieren de materiales, de laboratorios y de equipos escasos. Por ello, su producción es reducida y parece más sensato dejarlas para las personas que sí las necesitan.
Las mascarillas higiénicas, en cambio, son eficaces y se han convertido en una fuente de ingresos y trabajo para los pequeños talleres textiles: comprándolas podemos apoyar pequeños negocios locales, favoreciendo la economía circular cercana.
Incluso permiten confecciones caseras, reutilización de telas, ahorro, estampados, colores y reivindicaciones a gusto de todos los palos, y sostenibilidad.
Todo lo que tiene que preocuparte a la hora de escogerla es que la tela con la que está hecha esté homologada y cómo vas a decidir qué estampado te favorece más.
Y además, si lo tuyo es la costura, puedes hacerlas en casa.
Sino, a nosotr@s nos gustan mucho estas, que son de algodón orgánico, y estas, que están hechas de fibra vegetal y no sólo son reutilizables sino que también son biodegradables.
Evidentemente, no vale usar cualquier trozo de tela y ya.
Para las mascarillas higiénicas también hay una normativa. Y en ella se indica que, para ser aptas, deben cumplir los siguientes requisitos:
- Deben tapar la cara desde la nariz a la barbilla.
- El tejido con el que estén hechas debe tener una capacidad de filtración bacteriana (BFE) de no menos del 90%.
- Deben estar hechas de materiales filtrantes adecuados que no dificulten la respiración (la respirabilidad no debe ser menor al 60 Pa/CM2).
- Deben poder lavarse manteniendo estas condiciones durante, al menos, 5 veces.
- No deben provocar otros efectos adversos.
Así que una cosa que se puede hacer hoy pensando en el mañana es rechazar el uso de mascarillas desechables (siempre que estemos hablando de personas sanas) y usar mascarillas higiénicas, lavables y reutilizables: con ellas puedes escoger entre cientos de estampados, favorecer economías pequeñas y, además, ahorrar dinero de tu cartera a la vez que le ahorras al medio ambiente toneladas de plástico extra.
Todo ventajas, oiga.
Geles hidroalcohólicos, el método de protección que puede dañarte
Supermercados, autobuses, cajeros, tiendas, farmacias, escuelas, centros de trabajo, bares, gimnasios, talleres… en cualquiera de estos lugares, para entrar y para salir, deberás echarte gel hidroalcohólico.
Está por todas partes. Y es normal: una de las principales recomendaciones para protegerse del covid19 es mantener una higiene de manos constante.
De hecho, la recomendación sanitaria es lavarse las manos con jabón durante, al menos 2 minutos. Pero, claro, esto no es posible en todos estos lugares ni siempre. Así que el gel hidroalcohólico se ha impuesto como la opción perfecta para que nuestras manos luzcan limpias y descontaminadas entremos donde entremos.
Ahora bien, ¿es lo mismo usar gel hidroalcohólico que lavarse con jabón?
No, no es lo mismo. Para empezar, es mucho más eficaz la higiene tradicional de manos (aunque no resulte factible ni práctica para todos los lugares) y, además, el lavado de manos tradicional no representa toxicidad para nadie, cosa que no puede decirse de los ya omnipresentes geles desinfectantes.
Cuida tu salud con gel hidroalcohólico, vale, pero sin contaminarte
Cloruro de Didecildimetilamonio, Cloruro de C-12-16, Alquildimetilbencilamonio, Clorhexidina de Gluconato, Acrylates, Triethanolamine…
¿A qué te suena?
Efectivamente, a química dañina. A derivados del petróleo y de plásticos. A productos peligrosos.
Pues puede ser que estés echando todo esto sobre tu piel, cada día porque todos estos ingredientes (y algunos más de nombres igual de ilegibles y de consecuencias igual de tóxicas) pueden estar en el gel hidroalcohólico que usas cada día.
Todos ellos tienen en común el ser potencialmente peligrosos para tu piel, para tus ojos y para tu olfato. Pero, además, al ser un producto de uso cutáneo, pueden ser absorbidos por tu piel, colarse en tu sangre, en tu organismo, y causar desde trastornos hormonales y problemas digestivos hasta provocar cáncer.
¿Merece la pena ponerse en la piel algo tan tóxico y dañino?
Pues no, no merece la pena porque, por suerte, existen alternativas a esto sin efectos secundarios para ti y que matan los virus y bacterias de tus manos igual de eficazmente.
Verás, un gel hidroalcohólico, para considerarse tal, debe llevar una base de agua y alcohol (preferiblemente etanol o, sino, isopropanol, en una concentración de entre el 70% y el 90%) y poca cosa más.
Si te haces con uno que lleve etiqueta verde (es decir, que sea de procedencia eco y que esté hecho a base de ingredientes naturales) ese “poca cosa más” serán aceites esenciales. Y es un hecho: este tipo de geles no restarán ni un punto a tu protección frente al virus.
Además, el alcohol que llevan los geles desinfectantes vegetales suele ser de naturaleza orgánica, producido de forma sostenible y de procedencia socialmente responsable. Y, desde luego, nunca será un alcohol derivado del petróleo (que haberlos, hailos).
Así que, aparte de agua y alcohol, los ingredientes que vas a poder encontrar en el INCI de un gel vegetal serán algunos tales como Geraniol, Linalool, Lavandula, Aloe, Limonene, Glycerin vegetal o perfumes cítricos. Todos ellos vegetales, seguros para tu salud presente y futura, y respetuosos con tu piel y organismo.
Ya que hay una opción saludable y eco para la constante higiene de manos que exigen estos nuevos tiempos pandémicos, usémosla. ¿No te parece?
Y, tal vez, te preguntes:
¿Por qué se permiten ingredientes tóxicos en un producto de uso tan cotidiano como el gel desinfectante?
Pues eso mismo nos preguntamos desde aquí.
La respuesta quizás sea que, cuando estalló la pandemia, se dio una enorme escasez de desinfectantes y antisépticos.
¿Te acuerdas? Había hasta negocios casi de estraperlo con geles entre vecinos y barrios.
Entonces, para poder proveer toda la demanda ciudadana, el Ministerio de Sanidad amplió considerablemente el listado de las sustancias admisibles entre los ingredientes para elaborar geles hidroalcohólicos, sumando a ese listado sustancias muy tóxicas que hacía mucho que no estaban permitidas para uso doméstico ni cosmético.
Estos ingredientes añadidos matan virus, bacterias y hongos, sí, pero también son altamente perjudiciales para tu piel y para tu organismo. Y hasta para el planeta.
La alternativa natural: la mejor opción para cuidar tu salud y cuidarte de virus
Pues bien, no nos alarmemos más de lo que los tiempos y la coherencia requieren.
Vayamos a lo práctico. Y a lo natural.
De esta manera garantizamos nuestra salud y una protección óptima.
Y esto es tan fácil como hacerte con una botellita pequeña que te quepa en el bolso y con tu propio gel hidroalcohólico de procedencia vegetal.
Luego, solo tendrás que recargarla y llevarla a todas partes contigo: así podrás desinfectarte las manos al entrar y salir de cualquier lugar (como mandan las normas y el sentido común acorde a los tiempos) y, además, te asegurarás de que el gel que te pones en las manos protege de virus sin agredir ni tu piel ni tu salud.
Así de fácil y así de bien.
Si buscas una recomendación: Sonnet, Lavándula y Ecoeko son nuestros tres geles desinfectantes favoritos, porque matan virus y bacterias a la vez que cuidan la piel con aceites esenciales de procedencia ecológica.
La distancia social obligada, maneras de combatir la angustia del aislamiento
Pues sí, de todas las normas de obligado cumplimiento que la covid-19 conlleva, la de permanecer en casa, sin apenas salir, sin poder juntarnos, tocarnos y compartir lugares y eventos, es la que más cuesta arriba se le hace a todo el mundo.
El hombre es un animal social.
Y aquí, en España, lo de encontrarnos en los bares y evadirnos con ocio compartido, buena comida y buena bebida, es tradición sagrada.
Pero hasta que esas tradiciones sacras tan nuestras vuelvan, de nada nos sirven las lamentaciones ni las tristezas.
Conviene hacer el ejercicio diario de visualizar un futuro más optimista y aprovechar los recursos disponibles para suplir la enorme carencia que nos provoca no poder encontrarnos en grupos numerosos.
¿Y cómo hacer este ejercicio?
Plantéatelo como una gimnasia para la mente, eso lo primero. Has de ser constante y no decaer.
Después, hay dos pautas básicas simples pero muy potentes:
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VISUALIZACIÓN
Y esto significa, simple y llanamente, visualizar un futuro que nos haga sentir bien.
No tiene por qué ser un futuro muy lejano ni tampoco debería ser excesivamente utópico (que nos conocemos…no vale imaginar la vida si nos tocase la lotería…O, bueno, valer vale, pero ten en cuenta que atraer al azar es mucho más complicado que atraer fuerza de voluntad, energía positiva y constancia).
Si te cuesta arrancar con la técnica de la visualización puedes probar esto: Cierra los ojos durante cinco minutos, respirando tranquila (en silencio o con música que te inspire) e intenta trazar un paisaje realista, uno donde quisieras estar en seis meses, un año o quizás dos.
Siente las sensaciones que te produce esa fantasía de imaginarte en otras circunstancias que te gustan más, visualizarte más feliz, más satisfecha, más independiente , segura y fuerte.
Haz este ejercicio, con los ojos cerrados y con conciencia, unos minutos cada día.
Te parecerá una tontería pero nuestra mente funciona así, con imaginación.
Y está demostrado que los niveles de dopamina aumentan con algo tan simple como la visualización de una realidad alternativa y más cómoda en la que nos gustaría encontrarnos o enfocarnos.
Además, la visualización de otra situación más ideal te ayudará a ganar fuerza de voluntad y a centrarte en los objetivos que pueden hacerte llegar a ella. Será como, de alguna manera, plantar la semilla del dicho “el que algo le quiere, algo le cuesta” en tu subconsciente.
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DIVISIÓN
Si divides un gran objetivo o una gran tarea en pequeños pasos, conseguirás llegar mejor hasta el final.
“Divide y vencerás”. ¿Te suena? Pues así.
Por ejemplo, dejar de fumar puede parecer una tarea enorme pero si te lo planteas como pequeños objetivos que te lleven a dejar de fumar será más fácil: primero, el objetivo será disminuir el número de cigarrillos que consumes a la mitad durante 1 semana. Luego, dentro de esa semana el objetivo puede ser fumar un cigarrillo menos cada día.
¿Entiendes?
La segunda semana el objetivo semanal sería fumar la mitad de la mitad y los objetivos diarios serán pensar y apuntar antes de cada cigarrillo porqué te apetece fumarlo, dándole una puntuación a esa apetencia del 1 al 10.
Son sólo ejemplos. Y no tienes que ser fumadora, sólo entender la idea y aplicarla en cualquier objetivo o tarea: trabajo, relaciones personales, deporte, dieta…
Cualquiera que sea la meta tendrá unos pasos para alcanzarla: si imaginas el trayecto como una meta para cada día se te hará más llevadero, te sentirás más satisfecha y te resultará más fácil ser persistente y no claudicar.
Celebra cada pequeño paso que des hacia tus objetivos.
Está demostrado que este sencillo método ayuda mucho a llegar antes y más frescos a metas que parecían imposibles o complicadas.
Autocuidado como medicina
Y no, por supuesto que no, estas cosas no son sustitutas del amor, la amistad, la música en directo o la libertad de andar por la calle sin toque de queda, pero son recursos simples y a la vez fuertes que ayudarán a tu mente a estar equilibrada y bien preparada para el mañana sin covid-19 que llegará.
El agradecimiento, practicar algún deporte, mejorar las habilidades artísticas, aprender a cocinar, tomar el vermú por videollamada con tus amigas o retarse a aprender un nuevo idioma son ejemplos de otro tipo de recursos que pueden cuidar la autoestima y la salud mental.
Y, sobre todo, intentar apagar el exceso de noticias pesimistas centrándose en los aspectos positivos es muy necesario, porque si no corres el riesgo de que la apatía y el desencanto acaben por devorarte.
Si quieres más recursos e ideas para aprender a cuidar la mente puedes leer este artículo que dedicamos al autocuidado hace ya tiempo. Igual algo de lo que contiene te vibra y ayuda.
Conclusión:
Así que no, de momento no podemos escapar de las nuevas rutinas, hábitos y normas que el coronavirus implica, pero sí podemos mirarlas desde otro ángulo, aplicarlas sin dejar de lado la conciencia ecológica y, sobre todo, proteger nuestra salud exterior e interior para que, cuando pase la tormenta (ya sabes lo que dicen: que nunca llovió que no escampara), disfrutemos del sol radiante con salud y agradecimiento.
Y tú: ¿Te proteges de la covid 19 con eficacia, salud y consciencia?