Somos cíclicas. ¿Y si nos aprovechamos de ello para ser más sabias?
Cualquier mujer que lea este post entenderá perfectamente esta afirmación: nuestra vida, la femenina, está sujeta a múltiples vaivenes emocionales que no dependen exclusivamente de lo que esté pasando fuera sino, más bien, de lo que nos pasa por dentro.
El ciclo hormonal femenino es una especie de montaña rusa que un día te tiene arriba, feliz y segura, dando las palmas y sintiéndote capaz de todo y, al día siguiente, te coloca boca abajo y despeinada, dolorida, bajando santos del cielo por cualquier tontería y queriendo que se pare el mundo para poder bajarte y tirarte en el sofá abrazada a la tableta de chocolate.
Esto es así.
Nuestro ciclo menstrual no consiste sólo en los días que sangramos sino que nos acompaña cada día y condiciona nuestro estado físico, energético y emocional.
Entender esto es un primer paso importante para entendernos, y también para respetarnos y empoderarnos. Un primer paso para no tener miedo de expresar con libertad en qué fase de la montaña rusa andamos, sin complejos de ningún tipo.
Conocer mejor nuestro ciclo nos ayudará a vivirlo de forma más consciente e incluso a planificar nuestro día a día en función del estado anímico y energético que nos cause la fase en la que estemos.
Una vez aceptes que eres cíclica, tienes dos opciones:
- La primera, (que no te conducirá a nada más que a la frustración) es la de lamentarte, quejarte, no parar a escucharte y vivir ese ciclo como un inconveniente o un martirio.
- La segunda (en la que vamos intentar ahondar un poco) consiste en escuchar a tu cuerpo, en dejar que se exprese, en tratar de comprenderlo y proporcionarle las herramientas que necesita para sentirse mejor.
La sabiduría cíclica es exclusivamente femenina y consiste en liberarse de la carga cultural negativa que la sociedad ha dado a la regla, reinventando la forma de vivirla.
Cada vez más mujeres escogen esta opción liberadora y se permiten vivir el ciclo menstrual desde la observación, la comprensión y la empatía.
Es algo que funciona y que acaba siendo muy significativo.
Notas cíclicas:
Algo tan sencillo como observar tus estados de ánimo y energéticos y tomar nota de ellos junto al día del ciclo en el que te encuentras te proporcionará numerosa información sobre ti misma. Te sorprenderá comprobar, al cabo de 8 o 12 semanas, como esos estados se repiten y transitan por fases idénticas o muy parecidas en cada nuevo ciclo.
Con esos datos podrás planear tú día a día sabiendo de antemano cómo te vas a sentir en tal o cual momento. Con esas pequeñas notas cíclicas lograrás ser más productiva y feliz. Permítele a tu cuerpo descansar cuando lo necesite y déjalo trabajar o crear a destajo cuando se siente a tope de energía.
En serio, esto es una gran ayuda. Cada vez más mujeres se apuntan a seguir esta sencilla tarea y se sorprenden de cómo puede ayudar un gesto tan simple y fácil. Y aunque no siempre podremos modificar nuestras agendas en función del día del ciclo que estemos, sí que proporciona un empoderamiento personal significativo.
La sucia y dolorosa realidad menstrual
Además de tomar consciencia de la verdad menstrual, avanzando hacia una menstruación más consciente, también es importante abandonar los patrones típicos y adoptar otros distintos que harán a nuestro cuerpo sentirse mil veces mejor, mucho menos maltratado.
Aún a día de hoy sigue extendida la idea de que la regla es sucia y algo de lo que avergonzarse.
Y sí. La regla puede ser vergonzosa y sucia, pero no por lo que es sino por la cantidad de basura que genera.
La realidad menstrual implantada es altamente contaminante: para el planeta y para tu cuerpo.
Se calcula que más de 13.000 compresas llegan cada segundo a los vertederos. Sólo compresas. Súmale los tampones, los salvaslips y todos esos envoltorios de colores chillones que suelen acompañar los productos de higiene femenina convencionales para los días de sangrado.
E imagínatelo ahí, en una montaña. Una montaña que crece cada minuto y que el planeta no puede descomponer de un día para otro. La degradación de todos esos productos llevará años, siglos…y nunca será completa. Mientras sucede, miles de animales, paisajes y aguas son asesinados, aniquilados, por el camino.
Así que sí, todo esto es vergonzante, tristísimo y una marranada enorme. Un desastre para el medio ambiente y una zancadilla al futuro del planeta y las especies que en él habitan.
Contra esto, dar el salto a una menstruación más consciente implica también reflexionar sobre los desechos plásticos que generas con tus necesidades y buscar alternativas sostenibles que no impliquen esa puñalada asesina para la madre Tierra.
La copa menstrual y las compresas de tela son las alternativas perfectas para dejar de contribuir al crecimiento de esa inmensa montaña de basura. Pero no sólo eso, cuando las hayas probado no podrás creer que, durante tanto tiempo, hubieses usado otra cosa y, además, sentirás que los escozores, sequedades, irritaciones y otras molestias derivadas del uso de tampones y compresas convencionales desaparecen.
La Copa Menstrual, la revolución ecológica de las mujeres
Desde hace un tiempo han corrido ríos de tinta sobre este producto. Por algún sitio llegué a leer que se inventó mucho antes que los tampones pero que nunca llegó a triunfar.
Hasta ahora. Que el empoderamiento femenino es ya imparable.
La copa menstrual se ha convertido en una revolución para la salud femenina en los últimos tiempos y, la verdad, nosotras aún no conocemos a nadie que se haya sentido peor después de usarla. La mayoría de las mujeres que se atreven a probarla resaltan lo encantadas que están con el cambio, lo cómoda que resulta y el gran ahorro de dinero y basura que supone.
Es tan fácil de utilizar como un tampón, sólo que la copa al introducirse en la vagina se abre y, en lugar de absorber la sangre, simplemente recoge tu flujo menstrual.
Su composición es cien por cien segura para tu cuerpo porque está hecha de silicona médica completamente hipoalergénica. Tu zona íntima te lo agradecerá, porque seguro que odia todos los derivados del plástico y celulosa que tiene que soportar cada mes.
Piénsalo así: Si alguien te pidiera que introdujeras en tu vagina, durante siete días cada mes, durante años, un trozo de plástico tratado químicamente ¿lo harías? Seguro que no.
Pues con los tampones lo estás haciendo. Y para conseguir las mismas ventajas, o menos, que usando la copa menstrual.
- La copa, bien colocada, no se nota. Podrás llevarla hasta 12 horas (según cómo de abundante sea tu sangrado) sin riesgos de manchar ni de síndrome de shock tóxico y sin tener que estar pendiente de cambiarte cada 3-4 horas.
- Con ella puedes nadar, correr, dormir, bailar, saltar en las camas elásticas o tirarte a tomar el sol vuelta y vuelta en la playa sin que nadie la note (y ese nadie te incluye a ti).
- Cuando se llena, sólo hay que extraerla (es una cuestión de práctica, igual que ponérsela), vaciar su contenido, lavarla y…estará lista para volver a usar.
Puede parecer algo mucho más engorroso que quitarse un tampón y ponerse otro pero a medida que la uses te darás cuenta de que no es así. Y querrás recomendársela a todas tus amigas.
Utilizándola descubrirás una forma nueva de vivir la regla, en pocos meses habrás amortizado su precio con creces y en un año el planeta y tú os habréis ahorrado unos 400 tampones.
Compresas de tela, o el suave placer del algodón orgánico
Puede parecer un absurdo pero dar el salto a las compresas y salvaslips de tela suele costar más que empezar a usar la copa vaginal, cuando acostumbrarse al uso de esta última es –en teoría- más difícil.
Yo misma (esta que escribe) esperé (demasiado tiempo) para dar ese salto porque sentía que no iban a funcionar, que lavarlas sería algo engorroso y complicado…pensaba que probablemente calarían mi ropa interior más rápido que las compresas convencionales, que llevarlas sería incómodo y aparatoso…
¿Y sabes qué? Los prejuicios son una cosa muy mala porque desde que incorporé las compresas de tela a mi vida, literalmente, soy más feliz cuando tengo la regla.
Lavarlas es muy sencillo, llevándolas no sientes ninguna sensación de humedad, no calan, son cómodas, suaves, preciosas… y terminar los días de sangrado y darte cuenta que no has generado ni un solo plástico durante esa semana es una satisfacción que empodera muchísimo.
Además, el uso de compresas convencionales implica poner en contacto con partes muy sensibles de tu cuerpo materiales como la pulpa de celulosa, los plásticos, blanqueantes químicos o las fibras sintéticas, que cuando entran en contacto con el cuerpo pueden crear condiciones desfavorables que conducen a alergia, irritación e incomodidad. Mientras que con las compresas de tela sólo rozará tu zona íntima el suave algodón orgánico del que se componen.
Ginevitex, el amigo natural de tus hormonas
Una cosa más que puedes introducir en tu día a día para disfrutar de un ciclo menstrual consciente y sin ningún tipo de molestia es este pequeño tesoro, 100% natural, que actúa como regulador de las hormonas.
Unas gotitas de Ginevitex disueltas en agua un par de veces al día cambiarán por completo el estado de tus hormonas y te ayudarán a que tu ciclo sea más regular, a que duela menos, a que desaparezcan los sofocos, los cambios de humor, las migrañas… te sorprenderá saber lo maravillosamente bien que sienta para regular todo tipo de desajustes hormonales.
Ginevitex es el resultado de extraer el líquido de una planta abundante en el mediterráneo: Vitex Agnus Castus. Todas las partes de estas plantas se recolectan en su mayor apogeo: la hoja a principio de la primavera, la fruta en otoño, la semilla entre otoño e invierno y, las flores en verano.
Con las flores cosechadas se prepara una esencia de flores usando el método del Dr. Bach y ésta se incluye en la preparación final.
Las flores del Vitex representan la parte sexual y espiritual femenina. Las hay de color blanco, rosa y violeta, y Ginevitex las combina a todas ellas siguiendo el método tradicional del Dr. Bach de solarización y flores frescas. La esencia misma de estas flores, con todas sus propiedades, ayuda a aumentar y canalizar la energía femenina.
Para elaborar el producto, se dejan los frutos secos triturados y las hojas desmenuzadas macerando en orujo artesano y ecológico en luna nueva, removiéndose cada 2 días con conciencia e intención sanadora. Llegada la luna llena, al cabo de 15 días, la tintura está lista para filtrar y para que se le añada la esencia floral de Vítex.
Como ves, se trata de un preparado totalmente natural y realizado bajo los preceptos del amor, la observación de la luna y fórmulas ancestrales de terapia tradicional con plantas.
Todo ello da como resultado una fórmula mágica para las mujeres que proporciona bienestar emocional, físico y mental, regula las hormonas, ayuda a que el sistema inmune se mantenga fuerte y hasta te reconcilia con tu sexualidad.
Conclusiones
Si quieres reconciliarte contigo misma y con los procesos a los que tu cuerpo se enfrenta cada mes durante años y, encima, disfrutar de los enormes beneficios que la menstruación consciente y ecológica le proporciona a tu vida, tan sólo tienes que empezar a anotar cómo te sientes cada día (puedes tomar impresiones sobre tu energía, apetito, cansancio, humor… hasta las fases lunares de cada semana…lo que se te ocurra o te parezca reseñable para tener en cuenta en el futuro. Recuerda que el primer día de tu ciclo es el día que te viene la regla, así también podrás calcular de cuántos días se compone tu ciclo menstrual.
Además, puedes empezar a reforzar esa conciencia menstrual con alguno de los tres productos de los que te hemos hablado.
Invierte en uno de ellos, por curiosidad, y ponlo a prueba.
Si funciona, prueba con otro más, y apunta también los cambios de impresión que van provocando esos pequeños cambios de consumo y usos para tu ciclo menstrual.
Las mujeres somos sabias, fuertes, fuente de vida… pertenecer al género femenino no debe ser tomado como un inconveniente sólo por lo que la regla, las hormonas mal reguladas o la sociedad patriarcal marque.
Empieza hoy mismo a andar el camino de la empoderación menstrual y cíclica, de la menstruación consciente y ecológica, y cambia radicalmente esa creencia extendida para que, en el futuro, nuestras hijas sientan orgullo de las barreras que derribamos, de las parcelas de Tierra que salvamos y de haberles otorgado la libertad de ser (plenamente) mujeres conscientes de ser cíclicas, mágicas y sabias.
¿Y tú…?
¿Qué opinas de la sabiduría cíclica y de todo esto del ciclo consciente?
¿Has puesto en práctica algún método para avanzar en el conocimiento de tu ciclo?
¿Has probado alguno de los productos recomendados en esta carta?
Cuéntanos tus impresiones en los comentarios: para que podamos leerte, aprender de ti, de tus dudas o experiencias, y para que (todas juntas) seamos cada vez más sabias.